A una mujer con muchos admiradores: la senadora colombiana Piedad Córdoba. Aunque tienen ideas políticas diferentes, los hombres, frente a ciertas cosas, son todos iguales.
Miren las sonrisas deslumbrantes de los hombres cuando están junto a la senadora.
Las Farc también admiran a Piedad y le han obsequiado un ramo de flores. Miren la expresión extasiada del hombre a la derecha, el comandante Jesús Santrich.
Yo, Sombrita, no tengo ningún admirador. Para mí no hay ningún jefe de estado arrecho, ninguna sonrisa deslumbrante, ningún ramo de flores.
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